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domingo, noviembre 06, 2011

Usuarias del metro de Medellín se quejan de manoseos

A Diana Carvajal le pasó adentro. "Yo estaba casi en la mitad del vagón cuando escuché una respiración muy fuerte. Cuando miré para atrás me di cuenta que era un señor de edad que estaba excitado restregándose conmigo -narra- me sentí vulnerada. Estaba sola y no veía solidaridad, en medio de la estrechez. A partir de ese día, cuando entro me hago en el fondo contra la ventana para tener la visión controlada hacia el frente".

Un auxiliar del Metro reconoce que este semestre ha descubierto a cuatro hombres que aprovechaban la cercanía para grabar disimuladamente con la cámara del celular, en la palma de la mano, las partes íntimas de colegialas de vestido o damas de falda. "Había uno que tenía como 15 videítos de pasajeras en el celular", recuerda.

"El tema del acoso sexual es un caso aislado -asegura Iván Upegui, jefe de Gestión social- en el sistema de quejas y reclamos monitoreamos permanentemente ese tema. Entonces eso nos da la tranquilidad de que eso no está ocurriendo ni a toda hora ni en todos los coches. Además es difícil verificar porque la mujer no denuncia y es una cuestión subjetiva y no se sabe a ciencia cierta si esa queja se puede tipificar desde el punto de vista legal como un acoso".

¿Necesitamos un vagón exclusivo para mujeres?

En Ciudad de México se creó el programa Viajemos Seguras en 2007 que tiene el objetivo de "prevenir, atender y sancionar la violencia sexual cometida contra las mujeres que viajan en el transporte público". Funciona en el metro, metrobús y tren ligero entre las 6 y 10 de la mañana y entre las 4 de la tarde y las 9:30 de la noche. El tren subterráneo de Río de Janeiro tiene vagones femeninos de color rosa que circulan de lunes a viernes desde 2006. En Buenos Aires, un diputado presentó en 2010 el proyecto para que se dispusiera un vagón para mujeres y niños en una de las seis líneas del metro. En Santiago de Chile un proyecto de Ley que entró este año al Congreso Nacional pretende obligar al transporte público a privilegiar a la mujer en horas pico. Aunque en el Metro de Medellín sí se les ha pasado por la cabeza separar los vagones, el gerente de Operaciones y el jefe de Gestión social coinciden en que no es una medida viable en términos logísticos y además iría en contravía porque los trenes nuevos que pronto entrarán en funcionamiento están intercomunicados.

Nota completa en: El Colombiano

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